Islas Flotantes Ecológicas
Las islas flotantes ecológicas están constituidas por módulos estructurales de polietileno de alta densidad (HDPE) con elevada resistencia mecánica y a la radiación UV, ensamblados mediante tornillería de acero inoxidable AISI y equipados con cestas portaplanta. Estas unidades funcionan como bio-plataformas flotantes que permiten el desarrollo de macrófitas emergentes. El sistema vegetal genera una alta superficie específica de raíces que facilita la captación y asimilación de nutrientes presentes en exceso, logrando la reducción de:
Nitrógeno total (NT)
Fósforo total (PT)
Amonio (NH₄⁺)
Demanda de materia orgánica (DQO/DBO)
El proceso de depuración combina filtración radicular, adsorción, biodegradación microbiana asociada al rizoma y competencia por nutrientes, principios fundamentales de la ingeniería ecológica y de los Sistemas de Tratamiento Basados en la Naturaleza (NBS).
Estos mecanismos contribuyen a:
Incrementar la transparencia y estabilidad del agua
Reducir proliferaciones de algas filamentosas y fitoplancton
Minimizar episodios de olor por descomposición anaerobia
Prevenir procesos de eutrofización y anoxia
Las islas pueden implementarse en diversos cuerpos de agua:
Estanques y balsas de retención
Ríos y cauces con flujo lento
Lagos y masas de agua someras
Canales de riego o drenaje
Ámbitos litorales y zonas portuarias
Características Técnicas
Cuerpo monolítico de HDPE, sin uniones susceptibles de generar fugas o infiltraciones.
Aberturas de gran diámetro, diseñadas para favorecer el desarrollo radicular y la transferencia de oxígeno al agua.
Superficie lisa y no porosa, que reduce incrustaciones biológicas y facilita las labores de mantenimiento.
Sistema modular, ampliable y adaptable a configuraciones geométricas variables según la lámina de agua y los objetivos de tratamiento.
Aplicaciones
Las islas flotantes ecológicas se emplean como tecnología de depuración en:
Tratamiento natural de aguas residuales en sistemas descentralizados o como mejora de depuradoras existentes.
Biorremediación y mejora de la calidad del agua en lagos, ríos, estanques y canales.
Integración paisajística y restauración ecológica, favoreciendo hábitats para fauna acuática y polinizadores.
Proyectos ambientales, parques hídricos, zonas verdes urbanas y actuaciones de mitigación del impacto antropogénico.



